Distinguidos amigos, ante todo, quisiera empezar esta circular deseando que, tanto ustedes como vuestras familias y seres queridos, se encuentren bien de salud al tiempo que elevo oraciones ante nuestro Dios Todopoderoso para ninguno sea afectados por esta terrible pandemia que azota casi todo el planeta.
Me es grato dirigirme a ustedes en ocasión de reafirmar mi compromiso infranqueable con nuestra institución, forjadora durante más de 45 años de invaluable talento humano, que ha enriquecido constantemente a la región y al país.
Compromiso que quiero refrendar y extenderlo a cada uno de ustedes, desde la instancia jerárquica más alta de la universidad hasta el más humilde de nuestro trabajador, y hasta toda la Sociedad tachirense.
Hoy quiero invitarlos a que reavivemos desde nuestras entrañas, la querencia incondicional que siempre debemos profesar hacia nuestra institución, y que nunca debió debilitarse, reencontrar ese cariño hacia nuestros compañeros estudiantes, docentes, administrativos, obreros, jubilados y egresados que siempre nos ha identificado a la universidad como una gran familia. Una familia que hoy día se encuentra distanciada producto del efecto negativo a que nos ha sometido el gobierno nacional e indudablemente, en los últimos meses el distanciamiento obligado inducido por el virus chino causante de la enfermedad conocida como Covid-19; pero también la falta de identidad institucional que algunos en su afán de perseguir ideales personales generan divisiones y que todos estos elementos unidos han producido un desaliento abismal olvidando y maltratando lo más importante que tenemos los unetenses, el sentido de pertenencia hacia nuestra UNET.
Para mí, la "Universidad” como empresa humana es milenaria y ha sobrevivido a todos los ataques inimaginables, guerras, invasiones bárbaras, supersticiones, gobiernos inhóspitos y pandemias como la que sufrimos hoy. Esto se debe quizás a una necesidad básica del ser humano que es la búsqueda de la verdad y del conocimiento. Ésta es nuestra principal arma de supervivencia y más aún en la actualidad.
Como Rector, como egresado y como profesor de esta casa de estudios, soy heredero de esa tradición universitaria de muchos años y estoy comprometido a defenderla y expandirla. Particularmente en este Gestión, la más difícil de la corta historia de nuestra universidad, nos ha tocado soportar las más disimiles situaciones, y en este año y los subsiguientes nos corresponderá cambiar desde muy adentro y cambiar las estructuras, académicas, administrativas y de enseñanza a través de la tecnología para poder alcanzar una mayor universalidad en la difusión del conocimiento con miras a traspasar fronteras del espacio físico del campus universitarias o del país.
La presencialidad en la UNET y en todas las instituciones universitarias está comprometida en el futuro cercano no solamente por la pandemia sino por las dificultades que hemos tenido en los servicios de infraestructura y transporte, aunado a un presupuesto deficitario, el cierre de la frontera colombo venezolana, la seguridad social destruida, la ausencia de servicios básicos, los sueldos injustos y la hiperinflación a que este "gobierno” nos tiene sometido.
Por estas razones invito a los profesores a prepararse e informarse sobre las Tecnologías Digitales Disponibles para la enseñanza.
A todos los miembros de nuestra comunidad, a partir de ahora los invito a reactivarnos en el rescate de la institución, a sentir con pertenencia y orgullo; vamos tras el rescate del verdadero camino universitario, de nuestra querencia hacia la universidad, la más hermosa del país.
La UNET, para que siga siendo reconocida como una institución pertinente y legítima, debe asumir el desafío de renovarse a sí misma y participar en la solución de los problemas regionales y nacionales. Sólo una universidad que demuestra su excelencia día a día y que sea capaz de construir alternativas, será vista como una entidad relevante y necesaria para la sociedad.
Tenemos por delante un sinfín de oportunidades y retos que afrontar, pero la Universidad no morirá
jamás.
Desde luego, es una tarea de todos en la que cada quien aportará desde su lugar, una cuota de esfuerzo y sacrificio para cumplir con lo planteado, con mucha Fe y grande Esperanza.
Agradezco en nombre toda la Comunidad Universitaria al Personal de Seguridad (Vigilancia), de la Dirección de RRHH, de la Administración Central, del CETI y de la Dirección de Servicios que gracias a su concurso se mantiene viva y activa nuestra universidad.
Finalmente, debo agradecer el apoyo que hemos venido recibiendo de egresados y jubilados UNET que altruísticamente han aportado, de diferentes maneras, para el mantenimiento de la tecnología y de las áreas verdes, así como de alimentos y medicinas para egresados, personal activo y jubilado en condiciones de muchas necesidades. A las diferentes ONG y al sector empresarial del Táchira que siguen creyendo en nuestra institución.
Es propicia la ocasión para agradecer a Dios por darnos la fortaleza y la sabiduría para resistir estos momentos difíciles que atraviesa la UNET el Táchira, el País y la humanidad en pleno.
Su amigo de siempre
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