El presidente vitalicio de ASOPJUNET, mi amigo Jaime Salcedo, entusiasmado con su UNET de siempre, deseoso por hacer cosas y pendiente de sus amigos: los profesores, me dijo : - Debemos reunirnos los jubilados que podamos y celebrar la vida, la amistad, el ser parte todavía de la Universidad.
Lo apoyé en lo que pude; muy animado empezó a desplegar sugerencias sobre lo que se debería hacer en la tal reunión en una conversación que tuvimos con el profesor Feijoo como administrador de la Casa del Profesor Universitario. El día Viernes 15 de septiembre 2023, hemos logrado una grata reunión con un medio centenar de profesores y amigos, sintonizados también en la onda del afecto, la Unet y la amistad.
Ahí estaban las profesoras Elizabeth, Ixora, Carmen Teresa, Coromoto, Betty, María, Maritza, Yetys, Cecilia, Briggit, Carolina, Iris, regalándonos su gracejo y simpatía. Los jóvenes eternos Ernesto, José Flores, Álvaro Chacón , Rafael Cárdenas, Florencio Morales reían alegremente en una mesa. En otra, los también conservados Jesús Rojo, Ángel García, Fernando Corona y Carlos Pardo conversaban animadamente tal vez de algún asunto gremial que todavía los sensibilizaba.
Yo me tomaba una cerveza en la barra, en compañía de mis amigos Feliz Leal y el Dr. Víctor Prada; me habían dado el trabajo de repartir tickets para la cerveza y así tenía oportunidad de saludar y compartir abrazos con la gran mayoría de los asistentes.
Mi amigo Celis Luna, bastante más delgado, pero afortunadamente con buena salud y amena conversación, también rondaba por la barra. En otra mesa se oían las ocurrencias de Edison Perdomo que inventaba algo sobre un dominó que estaba organizando con la profesora Iris Hevia. Se sentía muy a gusto en la mesa que nunca abandonó desde que llegó.
El siempre colaborador profesor Miguel Useche, departía alegremente en otra mesa con su esposa y algunos amigos. Pedro Orlando Duque y su esposa Elizabeth, también en otra mesa disfrutaban una amena conversación con otros profesores. Orlando Heredia muy tranquilo con sus historias, tampoco abandonó nunca el rincón donde se ubicó cerca a la cocina.
Los ex rectores Trino Gutiérrez y Sánchez Frank con sus respectivas esposas, animaban otros espacios. El poeta Pablo Mora se movía solitario por todos los espacios con algunos libros, buscando inspiración y respuestas de la vida. A Trino lo vi con una camisa blanca y al mirar mi camisa verde pensé que los tiempos de la Quinta República habían cambiado hasta los colores…
El profesor Fernando Zambrano, con su esposa, como siempre alegres y colaboradores, derrochaban risas y hasta lo escuché proponiendo la organización de actividades sectorizadas para los jubilados más aislados y solitarios.
Fátima, la esposa de mi amigo Jaime, por ahí muy pendiente de colaborar con él para que todo saliera bien. Las morcillitas y los tequeños nos mantuvieron sin mayores angustias hasta que ya casi para finalizar la reunión nos regalaron un delicioso hervido.
Había algunas mesas invisibles, con profesores queridos y contentos por vernos reunidos. Allí estaban Alfredo con sus gritos y risas, Lubín, Freddy Méndez, Pablo Varela y tantos otros, que se nos fueron y nos dejaron su compromiso y el recuerdo…
Ya nos íbamos cuando fuimos llamados a renovar la foto de las escaleras. Nos acomodamos y ahí quedó otra vez el testimonio de amistad y de afecto.
Gracias Jaime, Fátima, Ixora y todos los demás compañeros y amigos que hicieron posible este corto y simpático compartir. Ojalá podamos reunirnos otras veces.
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