jueves, 13 de agosto de 2015

Andrés Capacho Serrano

El Profesor Andrés Capacho


Con el objeto de rendir homenaje a quienes han dado tanto que su enseñanza va mas allá en el tiempo, se presenta esta sección: MAESTROS para recordarles y conocer más de su obra en la Unet

El presente texto corresponde a una carta abierta publicada en 2013 por el ex Rector Marcial Huggins al enterarse del fallecimiento del Prof. Andrés Capacho; la misma nos deja ver la capacidad docente y entrega de este hombre que lució siempre humilde en los laboratorios Unet.



En memoria a ANDRÉS CAPACHO SERRANO

San Cristóbal 27 de Septiembre del 2013

Apreciados Miembros de la Comunidad Unetense,

Con profundo dolor y tristeza me enteré de la muerte del Profesor Andrés Capacho acaecida el 18 de Septiembre del corriente en la ciudad de Maturín.

Para los que no conocieron a Andrés personalmente, debo manifestarles que este profesor fue un baluarte fundamental en la creación de los primeros Laboratorios y Talleres de la UNET, de los cuales, algunos, todavía funcionan eficientemente.

Su formación técnica era tan completa y su devoción al trabajo tan extraordinaria que me atrevo a señalar que gracias al Técnico Andrés Capacho la UNET logró arrancar sus actividades de laboratorio y talleres idóneamente en el tiempo previsto, y con la calidad propia de una Universidad con orientación tecnológica como la nuestra.

Cuando todo parecía derrumbarse por los avatares y las apremiantes dificultades del momento, surgía la “magia” de Andrés y su equipo para resolver los problemas de montaje, y mantenimiento, que eran muchos en esa época de arranque.

Una vez con humilde alegría, se presentó en mi oficina para obsequiarme el primer engranaje, que se había fabricado en la UNET, y que él había tallado en uno de los avanzados equipos del Laboratorio de Máquinas y Herramientas, el cual se acababa de montar en un galpón, levantado con premura, en los de espesos pastizales de la Hacienda Paramillo, y que hoy es el bello Campus de la Universidad. Por muchos años, ese engranaje de aluminio, lleno de impurezas y agujeros, fue mi amuleto, y siempre permaneció en mi escritorio de trabajo. Hoy descansa apacible en alguna de mis olvidadas cajas de cartón de jubilado.

Pero aquí no termina la historia; aquí comienza. Atrincherado en lo que llamamos el Taller de Prototipos, Capacho desarrolló una extraordinaria labor académica con los alumnos y profesores de todas las carreras. En los proyectos científicos, en las tesis de grados y en los trabajos de ascenso en donde se requería un prototipo, Andrés Capacho estaba asesorando y ayudando a nuestros inexpertos estudiantes, así como también a nuestros buenos profesores teóricos que trataban de poner los pies en la tierra de la experimentalidad.

Nuestros pasantes se comunicaban o se venían de las fábricas para que Capacho les ayudara a resolver los problemas técnicos o de diseño más “peludos”. Por algo se le llamó, por respeto, el “Maestro” a este Auxiliar Docente que enalteció por su sabiduría y su trabajo incansable a este valioso grupo académico de nuestra Institución.

En la modificación periódicas que se hacían a los contenidos programáticos de las asignaturas prácticas, en donde se requerían talleres y laboratorios, se le consultaba, y él con humildad sugería cambios y recomendaciones acertadas.

Sin lugar a dudas que Andrés Capacho contribuyó a formar los mejores Ingenieros Producción que tuvo Venezuela en una época, y estoy seguro de que en donde ahora se encuentren estos profesionales tendrán un grato recuerdo de agradecimiento de este “Maestro”, en especial de sus ahijados de las Promociones que el apadrinó.

En ocasiones, cuando algunas industrias de la región o nacionales, solicitaban colaboración para el montaje y reparación de equipos mecánicos en general, Andrés Capacho dejaba a la UNET muy bien parada, colmada de elogios y agradecimientos por los excelentes trabajos realizados.

En los frecuentes conflictos institucionales de aquella azarosa época, debido quizás a la implementación de un proyecto muy novedoso en una Región tan tranquila y bucólica como el Táchira de esos años, Andrés se atrincheraba celosamente en sus talleres y laboratorios, para protegerlos, porque además de costosas, representaban un gran esfuerzo humano colectivo.

Por lo dicho anteriormente, creo que el paso de Andrés Capacho Serrano por la UNET no puede sintetizarse en sólo una Nota de Duelo escueta y rutinaria, o en conservar, un escariado engranaje de aluminio que representó para Andrés, y también para nosotros, una especie de trofeo por la labor cumplida en esta quijotesca aventura de crear una verdadera Universidad Experimental idónea y de prestigio para el Táchira.

Andrés Capacho, así como también algunos que ya se nos fueron del mundo terrenal, no pueden ser olvidados. No podemos dejar que caigan en el anonimato, porque si estos valores no se dignifican, también es posible que la UNET, con su identidad y sus valores éticos y morales, que aún perduran, a pesar a las miserias a la que hemos sido sometidos, termine en el olvido y confinada fatalmente a este basurero de la historia, como consecuencia de este descomunal disparate existencial que vive Venezuela.

Finalmente, quiero proponer a toda la comunidad Unetense, especialmente a los gremios, asociaciones, estudiantes, profesores, empleados y obreros, a que soliciten al Consejo Universitario que se bautice con el nombre de “Andrés Capacho” al Taller o Laboratorio más emblemático de la UNET, para no olvidarnos de nuestros valores y se entienda que esta Universidad tiene dolientes y seguirá siendo la Institución con el mayor acervo cultural y académico de la Región.


Atentamente,

MARCIAL HUGGINS Q.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si deseas agregar una opiniòn, no olvides el objetivo de nuestro sitio que es el de servir de lugar virtual de encuentro de los egresados de la Unet y cooperar para fortalecer la uniòn y beneficios a sus egresados en todas su carreras. Sugerimos que dejes tu nombre y promociòn a la que perteneces.