La UNET tuvo la suerte de tener un rector fundador, organizado, y dispuesto a configurar y desarrollar una institución no convencional, en donde la planificación jugaba un papel muy importante. Él concibió el desarrollo de un plan de crecimiento para la universidad, en donde diferentes alternativas académicas tenían su aparición, de acuerdo a cronogramas preestablecidos y en donde para este abanico de carreras, se suministraban todos los programas, las necesidades de profesores y de equipos, según varias alternativas de crecimiento, las normas institucionales de funcionamiento, las reglas académico-administrativas y todas las estructuras necesarias como control de estudios, unidad de evaluación académica, unidad de orientación, servicios estudiantiles, etc.
El Consejo de Planificación, bajo la responsabilidad del arquitecto Eduardo Santos Castillo y con el asesoramiento del experto de UNESCO: Dr. Erwin Reizes, conformó un equipo de trabajo liderizado por el Profesor Amancio Rodríguez Mondelo y conformado por los profesores Oscar Moros, Rafael Serrano, Valerio Wong, Julio Pava, Horacio Rey, Fabiola Vivas, Pablo Mora, Néstor Pereira y Luis Garmendia.
El profesor Amancio Rodríguez se entregó en cuerpo y alma a la coordinación, estructuración, y desarrollo del “Plan Integral de Desarrollo (PID)”; y no es exageración, decir que por más de seis meses, el Consejo de Planificación era un hervidero de ideas y de productos acabados, de colaboradores que teníamos que cumplir religiosas metas concretas, que nos imponía el profesor Amancio.
Para 1977 el rector Lorenzo Monroy presentó al Consejo Nacional de Universidades (CNU), un plan de desarrollo y crecimiento para la Universidad Nacional Experimental del Táchira, como ninguna universidad, antes lo había presentado, con tanta minuciosidad y formalismo. El PID fue aprobado y tomado como modelo en el Sistema Universitario Nacional, pero lamentablemente nunca se siguió al pie de la letra en la UNET. Si esto se hubiera hecho, el crecimiento de la universidad hubiese sido más armónico; y se hubiese economizado mucha energía en la presentación individual de proyectos de carreras, que siempre estuvieron considerados y aprobados en el PID.
En aquellos tiempos, inexplicablemente, se fumaba en espacios cerrados, y estar en el espacio físico del Edificio El Nigal, donde funcionaba el Consejo de Planificación (y la mayoría de las instancias administrativas de la UNET) era una verdadera temeridad, por la cantidad de cigarrillos que se fumaban entre el profesor Amancio y una señora de nacionalidad mejicana que fungía como secretaria planificadora llamada Ana Cristina Hinojos.
Para la simulación de las diferentes alternativas de crecimiento, contempladas en el PID, tuve que recurrir a mis técnicas de programación en lenguaje Fortran, adquiridas un par de años antes el Planificación (IUPB y utilizar las facilidades de equipos que desde los primeros tiempos de la universidad, nos facilitaba la Extensión tachirense de la Universidad Católica. Se desempolvaron unas viejas perforadoras de tarjetas, y entre idas y venidas a la Católica, se logró disponer de una simulación bastante eficiente y versátil.
Todo el tiempo gastado en la programación de esta simulación, me sirvió como una excelente manera de retomar agilidades y mente de programador; y entonces, fue fácil -a principios de 1977- ofrecer para todos los profesores de la UNET (con la valiosa colaboración del doctor Valerio Wong) un curso básico de programación. El llamado a este curso tuvo una gran acogida: de los casi cuarenta profesores que se inscribieron, lo terminaron exitosamente los profesores Trino Gutiérrez, Carlos Marrero, Ítalo Cortes, Anais Cárdenas, Néstor Pereira, entre otros que no puedo recordar.
Concluido, presentado y aprobado el PID, la estructura planificadora no se desmontó, sino que, por el contrario, se siguió una actividad de planificación muy intensa, especialmente en lo relacionado a la planta física de la UNET.
En esta época también se gestó, bajo la conducción del Dr. Erwin Reizes, un curso formal de Técnicas de Planificación de Sistemas Universitarios, que además de profundo (200 horas evaluadas) fue bastante intensivo; contó con la participación de varios profesores como Oscar Moros, Ingrid Alvarado, Fabiola Vivas, Néstor Pereira, Alejandro López y también con la docta participación del Profesor y Psicólogo José de La Vega, que con sus conocimientos de Estadística, ayudaba a los distintos participantes en sus proyectos y tareas; además, con sus conocimientos de psicología, mantenía unido al grupo de profesores en sus objetivos de hacer de la planificación, una herramienta del quehacer universitario.
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