La UNET bajo el rectorado del ingeniero Humberto Acosta

En agosto de 1998, se materializa la distribución de un crédito por 12 millones de dólares en el marco del convenio UNET- España. Foto: costadelsolfm

 ** Ante la crisis, un gran mensaje del Vicerrector administrativo, Ing. Gustavo Serrano en el Consejo Universitario

Por: Prof.  Horacio Rey

 

Rector Humberto Acosta - Primer Periodo: 1992-1995

El profesor Humberto Acosta asumió el rectorado al inicio de 1992 y el 24-02-92 firma la primera acta como rector presidente del Consejo Universitario. Actor fundamental en la actividad gremial y política de la Universidad, se preparó primero en el conocimiento de la Universidad a través de su liderazgo en la APUNET y canalizó su actividad política y sus aspiraciones a través del activo grupo de participación universitaria VIA, de clara identificación demócrata cristiana. Había apostado inteligentemente por el proceso de democratización y gracias a él, ahora había alcanzado el rectorado con una concentración grande de poder, pues el gremio de profesores estaba dirigido por su compañero el profesor Heriberto Delgado, y el de estudiantes por su pupilo: el bachiller Luis Ruiz. El profesor Trino Gutiérrez era representante profesoral (el otro representante era el profesor Juan Jiménez), el secretario de la Universidad era el profesor Frank Sánchez y las otras autoridades que ostentaban una clara identificación con la social democracia, se sentían más a gusto (tal vez con alguna excepción) con el profesor Acosta que con el profesor Huggins.

El rector Acosta se rodeó de profesores de su mayor confianza en los distintos cargos de responsabilidad académica. Como rector y presidente del Consejo Universitario fortaleció con muchas, acciones internas y externas, el proceso de democratización de la UNET, y promovió acciones para deshacerse del Reglamento General de la UNET que fue publicado el 15-05-92 en Gaceta Oficial y que representaba un retroceso a este proceso y al mismo pensamiento que el presidente Carlos Andrés Pérez, CAP, tenía sobre este particular. Realizó numerosos convenios y buscó la colaboración de la comunidad europea y La embajada del Japón, consiguiendo con esta última algunas donaciones importantes.

A pesar de su oposición a la creación de la carrera de Ingeniería Electrónica, cuando aún no era rector, su gestión tuvo que enfrentar la problemática de puesta en marcha y consolidación de esta carrera. Posteriormente, presentó al CNU el Proyecto de la carrera de Ingeniería Informática, que también se consolidó en su segundo periodo.

No obstante, su amistad con los liderazgos gremiales, tuvo que soportar graves conflictos por el desconocimiento gubernamental a las normas de homologación, durante la desacertada gestión del ministro Cárdenas en los asuntos de educación superior.

Propuso y otorgó un Doctorado Honoris Causa Post Morten al Libertador y demostró gran intolerancia a las críticas que se originaron por este hecho, así como por otras críticas a gestiones de su rectorado como el incremento exagerado de empleados que marcaron el inicio de ineficiencia institucional en el manejo de recursos. Esta intolerancia y autoritarismo trajeron como consecuencia la creación de un frente opositor y de resistencia que se denominó: Circulo Académico, y cuya influencia en la vida institucional se narra en otro capítulo de estas crónicas.

En contravía, con tanto esfuerzo que realizó para la consolidación del Proceso de Democratización en la UNET, nombró a dedo, como decano de Postgrado por seis meses, al profesor Francisco Mijares, ante la ausencia permanente del titular del decanato de Postgrado. 

Irrespetó el pacto con sus compañeros de VIA y no cedió el turno de liderazgo al profesor Pedro Rosales, presentándose como candidato a un segundo periodo de rectorado. En una reñida elección, el rector Acosta ganó al profesor Rosales por apenas cuatro votos.

 

Rector Humberto Acosta - Segundo Periodo: 1996-1999

 

El segundo periodo del rectorado del Profesor Humberto Acosta se inició en febrero de 1996 en un clima de conflicto permanente, ocasionado por las acciones de impugnación  del proceso electoral llevadas a cabo por el profesor Luis Fernando Ibarra y otros miembros de la comunidad, por los conflictos continuos ocasionados por el desarrollo y crecimiento de la carrera de Ingeniería Electrónica, y por la beligerancia e intromisión de grupos estudiantiles, que parecía que actuaban bajo una gran permisividad. 

Se creó la cultura del conflicto, la sanción, la demanda, los tribunales, el Consejo de Apelaciones. En septiembre de 1997, además de una demanda en la Corte Suprema de Justicia sobre la legalidad de las elecciones, la Universidad manejaba varios casos judiciales:

• En el tribunal de tránsito y trabajo una demanda del señor Francisco Colmenares contra la UNET por el caso del servicio de transporte con sus autobuses.

• En el tribunal IV Penal, el caso de la compra- venta de semovientes de la finca Santa Rosa.

• En el tribunal II Penal, algunas demandas contra SIRCA.

• En el tribunal VI Penal de Salvaguardia una demanda del profesor Humberto Acosta contra el profesor Fernando Ibarra.

• La Fiscalía del Ministerio Público contra el juzgado cuarto por el secuestro a miembros del Consejo Universitario.

• En la Contraloría General de la República denuncias del rector sobre aparentes casos de corrupción administrativa.

Un mensaje de reflexión

Esta conflictividad de casos y tribunales, fue una constante por varios años y quien mejor la retrató fue el vicerrector administrativo de esta gestión, ingeniero Gustavo Serrano, quien expresó lo siguiente en un Consejo Universitario en el cual se discutían aspectos relacionados con un caso de difamación, en un artículo suscrito por José Lacruz Useche:

"Considero que el espacio de los tribunales no es el lugar adecuado para dilucidar las diferencias que expresamos respecto a otras personas y grupos que actúan intra o extra al quehacer universitario. Entiendo que el proceso desarrollado en la UNET, en los últimos siete años, al cual he denominado como el túnel de los siete juicios, lejos de permitir el realce de los mejores valores universitarios, ha contribuido a deteriorar los valores de identificación y pertenencia hacia la Institución. Profesores involucrados en la mayoría de tales litigios, son hoy miembros del Consejo Universitario y han trasladado sus alegatos y querellas al seno de las reuniones del cuerpo, instalando su campo de batalla en un recinto cuyo objetivo es servir como lugar de reunión del gobierno de la Universidad y donde debiéramos discutir los problemas fundamentales de la Universidad; es decir, su visión, misión, objetivos, planes estratégicos y las decisiones trascendentales que nos ayudaran a cumplir a cabalidad las tareas que la sociedad ha dado bajo nuestra responsabilidad. Los profesores que hoy son sometidos a juicio o enjuician a la Universidad, han consumido una considerable cantidad de recursos monetarios, tiempo, salud y sosiego familiar; sus casas han sido sumergidas en zozobra e incertidumbre, el sentimiento hogareño ha sido un péndulo entre la frustración, la ira, el deseo de venganza y el temor. La pequeña guerra ha producido solo perdedores. Y en medio de este grupo de perdedores se encuentra la UNET que ha sufrido los mayores agravios, paralizada, mientras su gente se destroza. Creo que es necesario establecer una visión del por qué de la Universidad; se requiere clarificar su misión y el ¿Para qué? de su existencia. Solo así será posible estructurar un proyecto universitario para ingresar al nuevo milenio. Este proyecto no lo tenemos y debemos formularlo. Su diseño arquitectónico deberá inspirarse en una doctrina de progreso y en campos de tranquilidad. Solo hay dos formas de conquistar la paz, destruyendo al enemigo o reconciliándonos con él; yo prefiero la segunda. Solo en un propósito de reconciliación y en un ambiente de unidad podremos asentar las bases de la Universidad que aspiramos. Estas condiciones no se perciben en los tribunales. Estoy en desacuerdo en consumir nuestra energía y recursos destruyendo al mal, fuimos formados para construir el bien. Considérese mi voto salvado en la decisión de demandar aprobada por el Consejo Universitario"

En 1997, el rector Acosta mira hacia Europa y explora la posibilidad de que un banco suizo financie 12 millones de dólares para el desarrollo de la Universidad. A finales de este año, en la Gaceta Oficial 36351 del 9-12-97, se presenta la asignación del crédito del gobierno español a la UNET. En agosto de 1998, se materializa la distribución del crédito en el marco del convenio UNET- España, así:

Hasta siete millones de dólares con empresas suministradoras de equipos de laboratorio, dotación de bienes y servicios. Hasta tres millones en un crédito complementario destinado a planta física.

El profesor Acosta dio gran importancia a su Consejo de Planificación;  apoyó y desarrolló una llamada Reforma Universitaria, consistente en un proceso de Evaluación y Reorganización de la UNET.

Apoyó decididamente la participación de profesores en cursos y eventos nacionales e internacionales cuando hubiese muestras de trabajo o logros en las áreas de dichos eventos.