Los grupos universitarios y su influencia en la UNET

En el ranscurso de la vida unetenses se han creado grupos profesorales con la idea de actividad gremial universitaria. Foto archivo: Unet 

 ** Algunos nombres recordados aquí:  Movimiento Universitario UNET 83, MURA, VIA, Círculo Académico

por: Prof. Horacio Rey

                                                                                                                                                                                 

En la UNET, siempre fue intensa la actividad gremial, la actividad política; también, el surgimiento de diferentes tipos de movimientos universitarios en los cuales, quienes se adherían a ellos, buscaban: la manifestación de oposición a políticas y acciones universitarias de las autoridades o de grupos mayoritarios, la oportunidad de hacer aportes institucionales compartidos por profesores con pensamientos e ideas similares, la búsqueda de solidaridad y respaldo ante evidentes signos de persecución o amenaza, la creación de plataformas electorales independientes o claramente partidistas . 

Más o menos en orden cronológico los movimientos que surgieron en la UNET fueron: 

Alma Mater (mayo de 1980) ya referenciado en una crónica anterior. 

Movimiento Universitario UNET 83, liderizado por Antonio Valero, Gamaniel Rosas, Carlos Canelón y Ángel Domador y con una supuesta afiliación de medio centenar de profesores que a finales de 1983 y principios de 1984, conformaron una masa crítica y evaluadora de la gestión universitaria. Compuesto principalmente por afectos a la social democracia, se diferenciaba de otro movimiento de esta misma tendencia denominado Dignidad Universitaria, que era mucho más radical en sus relaciones con los demócrata-cristianos. 

El Movimiento Universitario de Renovación Académica (MURA) que surgió simultáneamente con los primeros aconteceres del proceso de democratización en la UNET, incluía a todos los profesores que nunca se sentían cómodos o felices teniendo carnet de algunos de los partidos políticos del status. Este fue un movimiento heterogéneo sumamente interesante, pues a él se adhirieron personalidades muy disímiles cuyo punto de encuentro coincidía con el deseo de independencia. Allí se encontraban, entre otros: Valerio Wong, Pablo Mora, Diego Monroy, Magaly Hormiga, Antonio Ramírez, Oscar Márquez Pérez, Jaime Salcedo, Juan Claudio Martens, Horacio Rey, Ricardo Porras, Rafael Cárdenas. Las reuniones no eran de muy fácil conducción, pero al final siempre se alcanzaba un consenso con las intervenciones moduladoras de Jaime, Magali o Antonio. 

Recuerdo una oportunidad en la cual le reclamé al grupo la falta de solidaridad con la campaña relativa a mi manifestación de aspirar a la vicerrectoría académica; entonces, los profesores Pablo Mora y Valerio Wong, me acusaban de nunca haber manifestado esa aspiración; y menos, haberlos motivado; ellos se abrazaban y gritaban que esa era la pura verdad. 

El grupo VIA también ya ha sido mencionado anteriormente en estas crónicas, y como el MURA, nació con el proceso de democratización, siempre fue el brazo de estrategia y campaña de la democracia cristiana en los procesos electorales; dado el gran número de profesores de esta tendencia política, prácticamente en las reuniones de este grupo, se definían los cuadros de mando de la universidad. 

Grupo El Círculo Académico

Para mediados de 1995, la autoritaria y conflictiva primera gestión del rector Humberto Acosta que parecía regirse por el slogan: “La Universidad soy yo”, tuvo la virtud de fundir a muchos de los miembros de los anteriores grupos en uno solo, que se denominó EL CÍRCULO ACADÉMICO. 

El Círculo Académico surgió en la UNET como un vigoroso movimiento que aglutinaba miembros de todos los sectores de la comunidad universitaria, que comprendíamos, a través de distintas actividades, que la universidad no podía seguir siendo conducida sin voces disidentes, por los caminos del autoritarismo y la demagogia, sino a través de una gerencia participativa en la cual el conflicto y la confrontación de ideas, pudiera ser vista como una herramienta para el cambio, hacia la búsqueda de la verdad y no como un escudo para proteger parcelas de poder o para el afianzamiento de obvias prebendas. 

Las banderas del Círculo Académico no eran otras que las de realzar el verdadero quehacer académico y el propiciar condiciones para el surgimiento de una nueva Universidad, recordando que la democracia debería ser sinónimo de participación, y que correspondería a la Universidad, respetarla, practicarla, enaltecerla y enriquecerla. 

La UNET como patrimonio de la sociedad y responsabilidad de todos los que en ella hacíamos vida activa, nos obligaba a ser participativos y vigilantes de su compromiso con la región y el país. 

Veíamos con preocupación el deterioro de la Institución en los aspectos que tenían que ver con su actividad académica; hacíamos un llamado al gobierno universitario para que, de la retórica insustancial, pasara al trabajo productivo en beneficio de la UNET junto a su área de influencia. Se hacía imprescindible la formulación de un plan de desarrollo de la Institución, pues parecía que camináramos sin rumbo, atendiendo a ideas puntuales que, en muchos casos, no pasaban de ser apenas buenas intenciones.

El Círculo Académico tenía su propio órgano informativo sobre el pensamiento del grupo y sobre las realidades y problemas percibidos en el acontecer universitario; allí se plasmaban sugerencias sobre posibles soluciones, además de las opiniones sobre distintas materias de la vida universitaria de aquel entonces. La responsabilidad de dicho informativo descansaba en los profesores Joaquín Rodríguez, Linda Ruiz de Marcano, Horacio Rey y Jaime Salcedo. 

Es justo reconocer el gran esfuerzo, trabajo y ánimo aportado por el profesor Jaime Salcedo en la dirigencia del círculo, actividad esta que se extendió, al menos durante la segunda gestión del profesor Humberto Acosta, la cual, por lo menos se constituyó en una crítica constructiva, directa y sincera, que ayudó grandemente a la UNET y a su entorno de poder, en el difícil oficio de hacer Universidad.