sábado, 21 de noviembre de 2015

Crónica de un encuentro deseado: El primer día


Por: Horacio Rey Vargas



Viernes 6 de noviembre de 2015.

Eran las 7:30 am cuando me encontré en la entrada del comedor de la UNET en donde los organizadores esperaban a los participantes del IV Encuentro de Egresados con sus credenciales, un bolso, al que llamaban tula, con algunos materiales impresos y tickets para bebidas y comidas y un regalo sorpresa del poeta Pablo Mora de su excelente Poesiología. Las caras expectantes de quienes llegábamos eran caras dispuestas al recuerdo, al abrazo, al cariño a la amistad. Poco a poco fuimos acomodándonos en la fila para servirnos el desayuno y mientras unos saludábamos y comíamos, otros llegaban y sorprendidos y contentos, los abrazos y saludos eran abundantes, sin ocultar a veces la sorpresa que implicaba el reconocimiento de algún compañero o profesor al cual no se le veía hacía varios lustros...Ya en la primera media hora constituíamos un grupo feliz, dispuesto a disfrutar el encuentro y con una camaradería que nos unía como si siempre hubiésemos sido amigos cercanos. Estábamos comenzando nuestro anhelado encuentro!

Concluido el desayuno nos dirigimos en emotivas conversaciones hacia la plaza Bolívar de la UNET en donde Diomar Castellanos, de la IX promoción de Ingenieros mecánicos, a nombre de los egresados, presentaba su saludo y su mensaje de bienvenida. El silencio y la solemnidad enmarcaron sus palabras en donde además de comparar la situación de la Universidad con la del país, el egresado dijo: "Considero que profesores y egresados podemos unir esfuerzos para canalizar aportes y ayudas a la universidad. Que este encuentro sea sólo el comienzo, un gran movimiento en pro del Alma Máter”. Y se concluyó este acto de civismo con una ofrenda floral al Padre de la Patria.

De este sitio caminamos con alegría y optimismo hacia el teatro de la UNET para continuar con la agenda prevista.

Se inició pronto una misa oficiada por el sacerdote y también ingeniero mecánico de la UNET graduado en 2007: Sergio Suárez, párroco de la parroquia universitaria.

La ceremonia religiosa fue corta y sobria, pero cargada de emoción y de mensajes y ofrendas cuidadosamente preparadas por el comité organizador. Concluyó con la acostumbrada acción de darnos La Paz que sirvió nuevamente para saludarnos efusivamente en nuestro entorno cercano.

Seguidamente se dió comienzo al acto protocolar. César Omaña, egresado de la octava promoción de ingenieros industriales, actuando con mucho entusiasmo y profesionalismo, fue nuestro maestro de ceremonias.

Pronto se organizó un estrado con las autoridades de la UNET, algunos miembros del comité organizador, el profesor Jaime Salcedo y mi persona, ya que generosamente, los organizadores del evento nos dieron la distinción y el orgullo de constituirnos en Padrinos del Encuentro.

Habló primero el presidente del Encuentro: Ing. José Gregorio Medina Useche sobre los antecedentes, objetivos y expectativas del Encuentro, ratificando la voluntad del egresado a vincularse con acciones de solidaridad que permitan el mejoramiento de la Universidad en algunos campos.

Hablé yo como representante de los profesores y de los padrinos. Hablé del orgullo que nos producen los egresados y de la conciencia de su poder y capacidad. Les pedí ayuda y vigilancia ante las arremetidas del régimen contra las instituciones de educación superior y les manifesté la alegría por tenerlos de vuelta en su casa.

Al final de mi corta intervención me conmovió bastante un largo aplauso que me hizo pensar justamente que la gran mayoría de los profesores, egresados, estudiantes y trabajadores universitarios estamos muy cansados y resentidos por la forma como este gobierno nacional ha tratado a las universidades y sobre el modelo que a fuerza quiere imponer a toda la sociedad venezolana.

Habló luego el Rector Raul Casanova, egresado también de esta casa de estudios y saludó la iniciativa del Encuentro, resaltando sus características y objetivos para el momento actual que vive nuestra Alma Mater.

Finalmente, el historiador Luis Hernández, Cronista de la Ciudad, hizo una reseña muy buena sobre los orígenes de la UNET y su papel en la sociedad tachirense.

Antes de finalizar el acto un detalle sorpresivo y muy apreciado: el ingeniero Gerardo Urich hizo entrega a los padrinos y al presidente del evento de unas pequeñas esculturas que el mismo construyó y que simbolizan según sus palabras, la entrega de un maestro al logro de cambios positivos en el universo.

Y fuera de programación y de protocolo hubo un momento conmovedor cuando un grupo de estudiantes de una brigada de mantenimiento de la UNET hizo un llamado a los egresados para que colaboraran de alguna forma a hacer aportes para poder continuar con esta iniciativa de cuidar la planta física del Alma Mater!

Luego de toda esta actividad tan emotiva y enriquecedora, nos dirigimos a las afueras del teatro para tener un reenergizante receso y una vez más reafirmamos la excelencia en la planificación y ejecución de todos los detalles por parte del comité organizador. Recuperamos el ánimo y la energía para retornar al teatro a continuar con nuestra agenda.

Ahora tuvimos algo más de una hora para reencontrarnos con algunos detalles de relax conseguidos gracias a una extraordinaria actuación del coro, de las danzas, de la estudiantina y del grupo de teatro de la UNET. Nos deleitamos y nos sentimos como una comunidad que nunca había abandonado la universidad, escuchando nuestra música, viendo nuestros bailes y recreándonos con esa magnífica manifestación artística que a su vez que nos distraía rendía un homenaje de admiración y gratitud a nuestro recién desaparecido Simón Díaz. Y a la par de la música y la actuación, un muchacho cantante y excelente dibujante, también egresado unetense en arquitectura, hizo una obra representando a Simón y luego fue subastada entre los presentes para recuadar fondos que les permitan asistir a los eventos donde son invitados para representar a la Unet; se presentó una puja interesante entre varios egresados, principalmente entre Jackeline Chaparro, Eloíno y Ada la esposa de Iván Avendaño a quien finalmente resultó vendido de este recuerdo.

Con mucha emoción, y algo de fatiga nos dirigimos luego al comedor universitario y disfrutamos de un excelente almuerzo que nos unió aún más en nuestra camaradería y orgullo y también en la gratitud y reconocimiento al grupo organizador. Estábamos disfrutando en grande un encuentro largamente deseado!

Había que regresar al teatro a continuar con la agenda prevista. Unos lo hicimos más pronto que otros y entonces, gracias a un buen aguacero, quedamos físicamente divididos en dos grupos: uno en el comedor y otro en el teatro. No obstante esta división, los objetivos se cumplieron ampliamente: Mientras el profesor Jaime Salcedo hablaba sobre los planes institucionales en el teatro, en el comedor lo hacía igualmente el egresado y también profesor Jesús García.

De igual manera, el profesor José Moreno exponía en el comedor realidades de la empresa rental SIRCA y en el teatro César Omaña coordinaba otras presentaciones de interés. Con la mejora del tiempo, todos convergimos en el teatro en donde se concluyó la actividad con la referencia de varias anécdotas por parte de los egresados que nos hermanaron en nuestra alegría del compartir recuerdos y experiencias en nuestros años universitarios.

El día había sido muy intenso y los tickets de las cervezas nos pedían a gritos su utilización. Afortunadamente, ya terminada la actividad del teatro, nos dirigimos a uno de los espacios de diversión de la Casa del Profesor en donde estaba muy bien preparada una actividad social que se desarrolló como todas las del evento, con gran organización y que se disfrutó a plenitud y con mucho entusiasmo: Brindamos con alegría con mistelitas, nos deleitamos con las notas del saxo entusiastamente interpretado por nuestro Ex Rector el profesor Marcial Huggins, que en realidad estaba feliz por compartir con sus "hijos" como él los llamaba y admiramos también su estupenda muestra pictórica. Intercambiamos conversaciones y querencias con diferentes personas y a medida que consumíamos polarcitas, éramos más felices...

No sé si para bien o por mala suerte, nos falló el fluido eléctrico y la extensión de la reunión se hizo más cortica. Pero todo había sido demasiado bueno y para mi felicidad constaté incrédulo al llegar a mi casa que aún tenía cuatro tickets de cerveza...

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